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Era 3 de marzo

In Breves humanos on marzo 3, 2010 at 12:58 pm

Ha quedado con unos amigos para recorrer la ciudad, a ver qué se cuece. Es día de huelga, año de efervescencia laboral y política. El dictador ha muerto hace unos meses, pero ahí siguen todos sus acólitos, dominado un país que aún no sabe cómo superar tantos decenios de desgracias. Tiene 16 años. No hay clase en Jesús Obrero. Toca parar, y protestar, por mil razones. Después de acercarse a la Avenida, donde la Policía ya ha empezado a cargar con violencia, se reúne con la cuadrilla para asistir a la asamblea en la iglesia de Zaramaga. Están en la esquina de atrás, frente al altar. Los bancos bullen repletos de trabajadores. Le tira de la manga a uno de sus amigos. Hay policías en las dos entradas. Se les ve bien, sobre todo las bocachas y los cascos. Joder, empiezan a lanzar pelotas de goma y botes de humo. Muchos intentan esconderse en la sacristía, pero el humo les obliga a salir. Hay que romper las ventanas. Por una de ellas, dejándose un buen corte en la mano, consigue salir hacia la calle Fermín Lasuen. Está llena de grises y porras. A duras penas, huye hacia Reyes Católicos. Cerca del cementerio se oyen más disparos. No suenan como antes. Son balas. Alguien grita que hay que tirarse al suelo. A unos metros, un chaval se desploma antes de conseguir parapetarse detrás de un coche. Le suena de Jesús Obrero. Tiene la ropa manchada de sangre. Luego supo su nombre: Francisco Aznar. Hubo cuatro muertos más: Pedro María Martínez Ocio, Romualdo Barroso, José Castillo y Bienvenido Pereda. Era 3 de marzo de 1976. Nadie ha pagado.

Por Íñigo Muñoz en Noticias de Álava

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